Desarrollan combustible a partir de residuos de alimento
Un biocombustible hecho con la comida que se desecha en los restaurantes.
Como sabemos, en la actualidad, el la conciencia ambiental y el reciclaje han tomado bastante peso. Por ello, diversas empresas y científicos buscan la forma de que todo sea más eco-amigable. Siguiendo esta línea, en el 2020, se logró crear un biocombustible a partir de los ácidos grasos provenientes de los desperdicios de alimentos de restaurantes.
El equipo responsable proviene de la Universidad de Córdoba (UCO), el cuál busca fomentar el desarrollo de una economía circular eficaz. Es decir, tienen la intención de incorporar al sistema productivo los desechos que se producen en el mismo. De esta forma, apoyándose en la regla de las 3 ‘R’ (Reducir, Reciclar y Reutilizar), los investigadores usaron una estrategia que pretende cambiar el actual flujo de los alimentos (Recursos, Producto, Residuos) por un flujo circular (Recurso, Producto, Residuos Reciclados, Producto).
Por su parte, el artículo ‘Optimization of solid food waste oil biodiesel by ultrasound-assisted transesterification’, publicado por la revista Fuel, muestra que la grasa de los desperdicios de comida es adecuada para la producción de un biodiésel que cumple con las propiedades básicas de la ley europea. Asimismo, se obtiene con un importante ahorro de energía y tiempo de reacción.
Gracias a una reacción denominada «transesterificación» y a la inclusión del ultrasonido en el proceso, los expertos han conseguido reducir de 1 hora a 20 minutos el tiempo que tarda convertir los ácidos grasos a biodiésel. Por un lado, la técnica convencional hace uno de un calentador-agitador y funciona bajo demanda continua de energía. El dispositivo de ultrasonido, por su parte, logra el mismo cambio con menor potencia energética y menos tiempo de exposición.
Grandes cantidades de comida desechada
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), aproximadamente, un tercio del la producción de alimentos destinados al consumo humano se pierde o desperdicia. Esto equivale a unos 1.300 millones de toneladas anualmente.
Por su lado, el equipo de investigación señala que la cantidad de estos desperdicios supone un costoso problema ambiental; por lo que es importante una inversión en la gestión de residuos por parte de los administradores.
Según afirma Pilar Dorado, investigadora responsable de la investigación, a la Fundación Descubre, “El aceite que hemos obtenido procede tanto del contenido lipídico de la propia comida desechada como de aceites ya usados, grasas, carnes, sebo de cordero y aceite de pescado. Tras el procesado, el biodiésel que se logra podría usarse en motores comerciales”.
Cabe mencionar que, si bien el producto cumple con el estándar europeo de biodiésel, será necesario ajustar la estabilidad a la oxidación, el rendimiento y el contenido de los glicéridos. Todos estos son requisitos necesarios para su inmediata comercialización.
Fuente: Residuos Profesional