El año pasado la industria tecnológica se enfrentó a uno de sus problemas más serios de los últimos tiempos, la escasez mundial de chips. Esto afectó a casi todos los productos que utilizan estos componentes, con bajas producciones ante una multitudinaria demanda de mercado. Como era de esperar, esto también se vivió en el terreno de las consolas de videojuegos que se volvieron muy difíciles de conseguir y hasta caras, un problema que parece que continuará este año.
La crisis de chips explicada
En su reciente presentación de resultados financieros, Sony informó que la PlayStation 5 tuvo una reducción de expectativa de ventas pasando de 14,8 millones a 11,5 millones de unidades para el año fiscal que finalizó el 31 de marzo. Según el director financiero de Sony, Hiroki Totoki, la demanda por la consola sigue siendo alta y no se ha visto afectada por la pandemia, sin embargo, su producción se ha visto comprometida por la falta de chips.
Esto les ha puesto en la situación de no poder cumplir con los pedidos para satisfacer al completo el mercado. La escasez de estos preciados componentes continuará a lo largo de este 2022 afectando no solo a Sony sino a toda la industria, algo que adelantó Intel anteriormente pudiendo extenderse hasta el 2023.
A pesar de esto, se expuso que la división de software de Sony presentó un aumento resaltante en ganancias y también se comentó un cambio en la producción de sus futuros títulos exclusivos, lanzando al menos 10 juegos de servicio para el 2026.