Una nueva franquicia exclusiva de PlayStation ha llegado al mercado. Ready at Dawn, el estudio responsable de los juegos de God of War para PSP, hace su gran salto a PlayStation 4 y presenta The Order 1886. Así que cuando vayan a la tienda ahora verán una portada con señores de barba que se parecen a Miguel Grau con el fondo de Londres. Pero incluso después de todos los trailers y los anuncios, la gente aún está un poco confundida respecto a de qué trata. Y aún más importante es que no tienen ni idea si vale la pena comprarlo o no.
La historia nos lleva a conocer una orden secreta de caballeros, que vienen desde la época del Rey Arturo y la mesa redonda. Gracias a una bebida especial, los personajes han podido sobrevivir por décadas hasta el año 1886. El escenario es la versión “neo-victoriana” de Londres durante la revolución industrial. Pero se introducen elementos sobrenaturales que dan paso a criaturas como los hombres lobo y vampiros. Lo interesante de la época es que permite imaginarnos un mundo que muchas veces se ha descrito en los libros a Sir Arthur Conan Doyle o las historias de Jack el Destripador.
El personaje principal, Sir Galahad, es uno de los caballeros que está en busca de un grupo rebelde que amenaza a La Orden. A lo largo de la historia se muestran escenas que explican un poco su relación con los demás miembros y por lo general funcionan. El tema es que al final no sentí mucho apego hacia ni un personaje en particular.
El aspecto visual del juego es lo que más resalta. Es aquí donde no hay nada que reprocharle a The Order 1886. El motor gráfico que han creado permite varias de las imágenes más impresionantes que se han visto en videojuegos. La diferencia entre las cinemáticas y gameplay es prácticamente imperceptible. Tanto así que a veces no sabía que ya tenía control sobre mi personaje. Es admirable todo el trabajo que se ha hecho a nivel de detalles de los personajes, las armas, los escenarios, las animaciones y la iluminación. No solo es una de las experiencias más cinematográficas que se ha visto, sino que sorprende que con tantos elementos no me haya encontrado con ni un solo bug en toda la campaña.
Mención aparte merecen los sonidos y la música de la experiencia. Cada bala y golpe se siente si lo juegan con audífonos o con un buen subwoofer. Y la sombría música complementa perfectamente el ambiente del juego.
Pero por más bonitos que se vean los gráficos, la jugabilidad es donde The Order empieza cojear un poco. El juego presenta varias mecánicas que hemos visto previamente en otros títulos. El sistema de disparos y cubierta es muy similar al de Uncharted o Gears of War, salvo por la novedad de las armas diseñadas por Nikola Tesla. La habilidad de ralentizar el tiempo como en Max Payne o F.E.A.R. El sigilo y las muertes parecen prestarse ideas de The Last of Us. Y los “quick time events”, donde tienes que presionar botones en el momento indicado no se aleja mucho a lo visto en God of War.
El problema no es que se hayan “copiado”, ya que todas estas mecánicas funcionan bien. Pero no parecen hacer nada nuevo para el género, aparte de verse muy bonitas. El ritmo de la campaña es bastante pausado y constantemente te quita el control para mostrarte alguna cinematica. La inteligencia artificial de los enemigos es un tanto decepcionante y por alguna razón se repiten escenas con exactamente las mismas mecánicas que me dio la sensación de Déjà vu.
El juego parece estar en constante conflicto de identidad, entre si es una experiencia visual o un videojuego con más interacción. A veces funciona y se obtiene un interesante balance entre ambos aspectos. Pero la campaña es tan lineal y hay tantos quick time events, que por momentos más me parece una demo técnica que un videojuego.
De forma similar, la historia a veces trata de contar el misterioso origen de La Orden, pero luego rápidamente cambia de tema y termina confundiéndote más. En el momento más importante de la historia donde se revela algo muy importante, es desaprovechado y apresurado. Se deja muy en claro que se quiere hacer una secuela, pero el final de esta entrega llega demasiado pronto.
Les tomará unas 7 u 8 horas terminar los 16 capitulos de la historia, y después de eso lastimosamente no hay casi ni un incentivo para volver a jugarlo. No hay modo multijugador, ni contenido extra que desbloquear. Normalmente no me quejo del precio si la experiencia lo merece. Pero pagar $60 por algo no tan extraordinario me hace pensarlo dos veces antes de ir a la tienda y hubiera preferido esperar a que baje de precio. Sobre todo con toda la oferta de títulos de acción que están disponibles.
Lo que da un poco de cólera es que el potencial está ahí. Entre el mundo “neo-victoriano” que han creado, los personajes que han introducido y los elementos sobrenaturales, creo que la secuela va a estar muy interesante. Sin embargo esta entrega queda como un primer paso a algo más grande. Algo así como el primer Uncharted que salió para PlayStation 3 y que estuvo bien, pero lo mejor vino después.
Se esperaba un poco más de The Order 1886. En cuanto a gráficos y cinematografía es simplemente impresionante, estableciendo un nuevo referente de lo que se es capaz de hacer en PlayStation 4. Pero en temas de narrativa y jugabilidad, falta definirse como franquicia y se apoya demasiado en lo que otros han hecho en el pasado.
The Order 1886 está disponble desde el 20 de febrero del 2015 en tiendas Sony Store, Phantom Music, MasGamers Store, Ripley , Saga Falabella, Wong y otras tiendas autorizadas a un precio sugerido de S./199 en exlcusiva para PlayStation 4.