En el 2003, el último avión supersónico para viajes comerciales: Concorde, salió de circulación. Y todo fue causado por la contaminación que producía, a continuación te contamos más.
Desde el ‘International Council on Clean Transportation‘ (ICCT), nos llega un dato sorprendente. La organización estima que un solo avión supersónico, quema de cinco a siete veces más combustible por pasajero que los aviones comerciales comunes.
Y para tal estudio, se tuvo en cuenta los aviones: AS2 (Aerion), S-512 Quiet Supersonic Jet (Spike) y Baby Boom (Boom). Tres de las empresas estadounidenses más desarrolladas en tecnología supersónica. Y las cuales están en plena carrera por el avance tecnológico de este apartado, en donde China también ha sumado su producto.
Sin ser suficiente, la ICCT asegura que no solo es problema del combustible. Este tipo de aviones tienen poca probabilidad de cumplir con las normas ambientales internacionales. Ya que necesita más cantidad de los límites impuestos de óxido de nitrógeno y dióxido de carbono. Pues para volar más rápido, no solo se necesita de más combustible.
Además, la contaminación acústica también es un fuerte problema. Puesto que estas máquinas surcan los aires a una gran velocidad, suelen provocar ruidos desmesurados. Es más, según la ICCT, los aviones supersónicos del 2020 no cumplirán con las normas acústicas del 2018; lo que nos propulsa a pensar si siquiera cumplirán con las normas históricas del 2006.
Conociendo estos datos, podemos concluir con que los viajes supersónicos todavía no llegan a un punto de comercialización. Y el trabajo de la ICCT ha sido fundamental, porque lo que hoy en día debemos priorizar es la protección de nuestro planeta y obviamente, a nosotros mismos.
Vía Xataka