En Estados Unidos, el misterio de este escarabajo lleva décadas sorprendiendo a los ciudadanos y científicos del país. Su resistencia parece un superpoder, pues puede aguantar el peso de 39.000 personas, además de las perforaciones.
David Kisalius y su equipo experimentado en la investigación de animales e insectos, acaban de dar con la aguja en el pajar. Pues después de tanto, su estudio por fin nos brinda una respuesta sobre la resistencia de este escarabajo.
Sucede que los protagonistas de la resistencia de su caparazón son los élitros, o sea las alas delanteras exoesqueléticas del animal. Gracias a la microscopía avanzada, y distintas pruebas, se observa que todo es cuestión de la geometría y los entrelazados mecánicos que tiene este caparazón.
O sea, no es cuestión del material, ni mucho más; si no de una maravilla arquitectónica hecha por la naturaleza. Ya que gracias a estos dientes y su posición, la resistencia de los caparazones es prácticamente inquebrantable. Ahora, los ingenieros se dedicarán a replicar este caparazón.