Hace un tiempo les contamos sobre los problemas a los que se enfrentaba Bloodhound, un proyecto que buscaba desarrollar un vehículo supersónico que pudiera romper el récord mundial de velocidad en tierra.
Y el día de hoy, a pesar de sus intentos, parece que les fue imposible salvar a la compañía de la bancarrota.
Al no poder recaudar los $33 millones necesarios, el equipo tuvo que cancelar el proyecto.
Debido a esto, la compañía ha comenzado a regresar todo el equipo perteneciente a terceros, además de vender todos sus bienes, incluyendo el carro.
Tristemente, la liquidación de la empresa no debería sorprendernos.
Al ser un proyecto privado, el éxito dependía de que pudiesen encontrar inversionistas, espónsores, y donaciones.
Durante su tiempo operativo, el equipo de Bloodhound se quedó sin fondos en más de una ocasión.
Afortunadamente, siempre había un patrocinador con el dinero para salvarlos.
Sin embargo, la inversión necesaria para finalizar las preparaciones para la prueba de funcionamiento en Sudáfrica era demasiada.
Si bien todavía hay un pequeño chance de que alguien compre el vehículo y lo termine, el conductor Andy Green advierte que se necesitaría “unos cuantos millones” para que el auto llegue a su máximo potencial.
El nuevo dueño tendría que recrear gran parte del equipo original de Bloodhound, y aceptar que el proyecto les saldría carísimo, aún si pudieran asegurar inversionistas para reducir los costos.
¿Qué opinas? ¿Fue buena idea el proyecto? ¿Crees que deberían seguir invirtiendo en él?