Los token no fungibles o NFT por sus siglas en inglés llegaron al mercado digital en plena pandemia y se expandieron rápidamente. Aunque muchos no terminan de comprender bien su funcionamiento, varias empresas se sumaron al uso de estos.
Un NFT se basa en el modelo de ser algo “único”, similar al concepto de una obra de arte, pero en digital. De hecho, muchos artistas están volviendo varios de sus trabajos en NFT. Al ser una pieza irrepetible, un NFT puede alcanzar valores exorbitantes y, una vez adquirido, se vuelve propiedad exclusiva de su comprador.
Sin embargo, en la práctica real, se ha visto que el copiar un NFT es tan sencillo como tomar una captura de pantalla de este, además que su comercio se ha visto involucrado en varios casos de estafa. También, al ser digitales, su creación y negociación generan un excesivo gasto energético que impacta al ambiente.
Debido a estos motivos, aunque muchos estén a favor de los NFT y lo vean como una inversión a largo plazo, otro grupo considerable se ha vuelvo detractor de estas piezas. Dentro de los opositores, se encuentra el icónico Bill Gates, fundador de Microsoft, quien, en una conferencia acerca del cambio climático, declaró que los NFT “están basados al 100% en la teoría del más tonto”.
Conocida en inglés como “greater fool theory”, hace referencia a las personas que compran un activo que excede enormemente su valor intrínseco para venderlo a alguien dispuesto a gastar aún más dinero por él. El creador de Windows también bromeó con la conocida colección de NFT Bored Ape al decir que “las imágenes digitales de monos podrían mejorar inmensamente el mundo”.
Gates, además, habló de las criptomonedas y aseguró no haber invertido en los activos digitales. “No apuesto ni en corto, ni a largo plazo, ni en ninguna de esas cosas”, afirmó. Estas declaraciones llegan justamente cuando el criptomercado atraviesa una de las peores caídas de su historia y diversas criptomonedas, junto a los NFT, han visto disminuido su valor hasta por menos de la mitad.
Fuente: 3D Juegos