Las actualizaciones de Windows 10 y los problemas casi siempre van de la mano. El año pasado Microsoft tuvo que retirar el famoso “October 2018 Update” por los innumerables fallos que contenía y no volvió a publicarse hasta diciembre. Todo esto parece cambiar con su nueva politica de soporte la cual removerá, de manera automatizada, las actualizaciones que bloqueen el inicio de sistema o generen problemas.
Básicamente si Windows 10 detecta alguno de los problemas mencionados eliminará la actualización y revertirá el sistema a una versión anterior más estable. El objetivo es asegurar que el dispositivo pueda arrancar y continuar funcionando.
Después de realizado este proceso Windows bloqueara la instalación de actualizaciones por 30 días. Este plazo permitirá a Microsoft y otros fabricantes solucionar cualquier problema que pudo haber ocurrido.
Con esta medida Microsoft busca retomar la confianza de sus usuarios después de muchas actualizaciones problemáticas en su sistema operativo Windows 10.