El día de hoy, Samsung hizo una promesa que nos ha dejado sorprendidos.
Tras una larga campaña iniciada por Greenpeace para implementar prácticas verdes, Samsung decidió hacer caso.
La compañía de Corea del Sur hará que sus fábricas y oficinas en Estados Unidos, Europa, y China funcionen al 100% con energía renovable.
Los activistas habían resaltado que Samsung se quedaba atrás de sus competidores en el área de responsabilidad climática. Es más, la campaña resaltaba su papel en el cambio climático.
Por ejemplo, tanto Apple como Google han comprado suficiente energía renovable para igualar su consumo de energía global.
Lo más probable es que Samsung haga algo similar.
Sin embargo, Samsung sólo promete 100% de energía renovable en 17 de sus 38 edificios alrededor del mundo.
No hacen mención de las oficinas regionales en Israel, India, Singapore, o Japón.
Pero destacan que las oficinas en Estados Unidos, Europa, y China están «bien equipadas con infrestructura para el desarrollo y transmisión de energía renovable».
Apuntan a realizar el cambio para el 2020. En esos 2 años de espera, Samsung dice que intentará incrementar el uso de energía verde internacionalmente. Pero aún así no han dicho en qué regiones se enfocarán.
Un reporte de sostenibilidad que saldrá mañana debería aclarar las cosas.
La empresa también se ha unido al programa Carbon Disclosure Project (CDP) para el próximo año. Esto identificará los riesgos del cambio climático dentro de su cadena de suministro.
Además, intentarán que sus socios dentro de esta cadena creen sus propias metas de energía renovable.
Mientras tanto, en Corea del Sur, Samsung está trabajando con el plan 2030 del gobierno. Este busca incrementar el uso de la energía renovable en un 20%.
La compañía dice que instalará más paneles solares en sus oficinas centrales. También añadirá paneles y generadores de energía geotérmica en otras instalaciones.
Por su parte, Greenpeace ha respondido a la movida en un post dentro de su blog.
«Este es un muy importante primer paso de Samsung para reducir su masiva huella de fabricación en el mundo. Esto podría ayudar a crear una más fácil transición de combustible fósil en países como China y Corea del Sur.