El Parlamento de Portugal acaba de aprobar una ley en donde prohiben a los jefes charlar con sus empleados fuera de horas de trabajo. Salvo casos de fuerza mayor, los dirigentes de las compañías o jefes de sector no se podrán contactar con sus trabajadores.
Esta medida tiene como objetivo evitar mezclar las relaciones laborales con la vida personal, y así generar un intento de erradicar el acoso o abuso laboral. Si es que se quiebra esta medida, se considerará como un delito menor grave, así que solo en casos de urgencia esta podría ser quebrada. También se pide apagar todos los sistemas de comunicación del servicio con el empleador, y no atender solicitudes a los jefes.
Además, también se exige a las empresas mayor preocupación por sus tele-trabajadores, o trabajadores a distancia; estas tendrán que curbrir la factura de luz y conexión a internet, aunque las empresas con menos de 10 empleados pueden exonerar esta última ley. Como último dato, las empresas no podrán monitorizar a sus empleados mientras están en su horario de trabajo.