Las películas de ciencia ficción nos han metido un chip en la cabeza en donde tememos de que la Tierra sea impactada por un asteroide. Y aunque la probabilidad de que suceda es bastante baja, siempre existen posibilidades.
Justo por ello, la NASA creó un proyecto en donde se construyó el ‘arma definitiva’ para estos casos. Eso sí, no se trata de destruirlo en mil pedazos, si no de desviar su trayectoria para evitar el impacto contra nuestro planeta.
La misión fue apodada como ‘DART‘ (Double Asteroide Redirection Test), y ya dio sus primeros resultas tras terminar la construcción de ‘NEXT-C‘, un propulsor iónico que tiene el poder necesario para mover un asteroide de cientos de toneladas.
Este propulsor también es utilizado por naves espaciales, pues es útil en decenas de escenarios y consume menos energía que otros combustibles. Por ejemplo, el NEXT-C ha pasado por estrés cinético, vacío térmico, rendimiento rígido, frío extremo y aires huracanados.
En cuestión de números, los científicos aseguran que este propulsor puede generar 6,9 kW, lo cual se reproduce en empuje de 235 mN, una locura total. Tanto así que ya recibió su primera misión oficial: Impactar contra un asteroide pequeño de Didymos.
Eso sí, todavía faltan algunos meses para este evento, pero sin duda será histórico por toda la información que se recolectará.