El presidente de Samsung Electronic, Lee Kun-Hee, falleció este pasado 25 de octubre a sus 78 años. El hombre detrás del conglomerado más grande y millonario de Corea del Sur, se encontraba hospitalizado desde hace 6 meses debido a un ataque al corazón.
Durante su mandato, la compañía tuvo el crecimiento más importante en su historia trascendiendo en una marca tecnológica internacional y posicionándose como una de las más poderosas del mundo, sin embargo, no estuvo libre de controversias. En 1995 y 2008, el directivo fue declarado culpable de sobornar al expresidente de Corea del Sur, Rogh Tae-Woo.
Debido a su estado de salud, su hijo Lee Jae-yong estuvo a cargo de la compañía momentaneamente. Su paso por el mando de Samsung tampoco estuvo exento de polémicas ya que estuvo preso un año por corrupción en el 2017. Con el fallecimiento de su padre, se espera que su hijo sea quien herede el trono de la compañía finalmente.
Lee Kun-Hee es considerado el hombre más rico del país, con una fortuna que supone casi el 15% del PBI nacional. Se calcula que deja una herencia de unos 20.000 millones de dólares que serán distribuidos por su hijo y familiares. Sin embargo, la ley de herencias de Corea del Sur obliga a pagar impuestos en las grandes fortunas que pueden llegar hasta el 50% o más. Este proceso de reclamación de herencia podría irse para largo con diferentes escenarios que van desde vender parte de las acciones de Samsung hasta obtener un trato directo con el gobierno.