El día de hoy, Microsoft puso el último clavo en el ataúd de su antes valorada cámara.
En Octubre del año pasado, la producción de los Kinects fue terminada, pero ahora se ha decidido parar la creación de los adaptadores del Kinect.
Esto significa que los futuros dueños de Xbox One S y One X se verán sin la posibilidad de utilizar un Kinect si no tienen un adaptador desde antes.
Originalmente Microsoft ofreció el adaptador de manera gratuita con la compra de un Xbox One S para que pudieran seguir utilizando el Kinect con la nueva versión de la consola, para luego cobrar $39.99 cuando terminara la oferta.
Según un representante de la compañía, la razón por la cual se decidió dar el paro a la fabricación de los adaptadores es para enfocarse en la producción de «accesorios nuevos y pedidos por los fans para la Xbox One y Windows 10».
El adaptador del Kinect se encuentra completamente agotado en casi todas las tiendas grandes, dejándo a los usuarios en las manos de los mercados de segunda, donde los precios por el adaptador pueden ir desde $150 a $300.
Vía Polygon