La Gioconda o Mona Lisa es, probablemente, la pintura más famosa de la historia de la humanidad y, como tal, la más visitada en el Museo Louvre de París, donde se encuentra actualmente, ocasionando colas muy largas solo para poder apreciarla por unos cuantos minutos.
El día de ayer, todo transcurría normalmente en el Louvre; la sala de la Mona Lisa lucía abarrotada como siempre y, entre el público asistente, había una supuesta anciana en su silla de ruedas esperando a acercarse a la conocida obra artística. Para sorpresa de todos, la “mujer mayor” saltó de su silla de ruedas y arrojó una tarta a la pintura.
Felizmente, la Gioconda está protegida por un cristal blindado y no fue afectada de ninguna forma. Al parecer todo se trató de una protesta climática, pues el hombre con peluca y bufanda, al ser retirado por la seguridad del museo, comenzó a tirar rosas por la sala y gritar: “Piensen en la Tierra. Los artistas piensan en la Tierra. Todos los artistas piensan en la Tierra”.
Esta no se trata de la primera vez que la célebre obra de Leonardo Da Vinci sufre algún atentado. En los 50, un hombre que decía estar enamorado del cuadro intentó cortarlo con una navaja para llevárselo; a partir de este hecho, se le colocó un cristal protector. Sin embargo, en 1956, otro individuo arrojó una piedra contra este y logró romperlo con el subsecuente desprendimiento de un pigmento del codo.
Luego del incidente, se decidió usar un vidrio a prueba de balas para proteger a la Mona Lisa, el cual ha logrado evitar mayores daños en los siguientes ataques sufridos por la obra, como el de 1974, cuando se le trasladó al Museo Nacional de Tokio y una mujer la roció con pintura roja como una forma de protesta contra el museo por no facilitar accesos a personas discapacitadas.
Más recientemente, en el 2009, una inmigrante rusa le lanzó una taza de té de cerámica comprada en la tienda del mismo Louvre como disconformidad porque le negaron la nacionalidad francesa que había solicitado. Esperemos que el cristal protector continúe evitando que le pase algo a la pintura, pues de ser así, sería una incalculable pérdida para la humanidad.
Fuente: Gizmodo