Estos últimos días han sido terribles para la compañía desarrolladora de tecnología, y las cosas se ponen peores.
Intel se encuentra bajo fuego debido a dos demandas legales debido a las vulnerabilidades detectadas en sus procesadores. Estos litigios fueron registrados por usuarios de CPUs Intel en Oregon, California, e Indiana.
Los tres casos sostienen que los chips son inherentemente fallidos, y al saber que existía el problema desde hace meses, Intel ha atentado contra la seguridad del público de manera adrede.
Si bien la empresa ha ofrecido parches para solucionar estos problemas, se ha reportado que este «arreglo» podría ralentizar las máquinas en un 5 a 30%.
Intel por su parte niega estas alegaciones, diciendo que es dependiente de la cantidad de trabajo que se le pida a la máquina, y no debería afectar usuarios promedios.
No se espera que estos sean los únicos casos a los cuáles se tenga que enfrentar Intel en estos días.