A lo largo de nuestra vida, existen cosas que nos cautivan de manera sin igual. Puede ser una serie animada, una película, un videojuego, una canción o incluso todo el repertorio de una banda. El punto es que todos somos fanáticos de algo, y es así como Funko llegó a convertirse en lo que es hoy en día.
La compañía responsable del ‘boom’ de los juguetes cabezones ha hecho historia tras conseguir más de 1100 licencias de diferentes empresas. Aquí encontramos marcas comerciales de Marvel, DC Comics, Disney, Cartoon Network, HBO y Nickelodeon, solo para nombrar algunas que ya forman parte de la fiebre de las colecciones de la cultura pop.
Eso sí, aunque hoy en día también produzcan ropa, lámparas y audífonos, todo comenzó en 1998 con Mike Becker y sus amigos diseñadores Rob Schwartz y Sean Wilkinson. Según las propias palabras de Mike, la idea nació mientras buscaba una alcancía vintage con la imagen de la mascota de Big Boy, una famosa cadena de restaurantes de Estados Unidos. Al encontrarla a un precio de 900 dólares, pensó que podía hacer su propia alcancía por un precio mucho menor.
Así el primer juguete de Funko fue lanzado en esta misma cadena de comida rápida. Y aunque en un principio los dueños de este recinto dudaron que la gente compre un muñequito con una cabeza saltarina, los clientes respondieron positivamente, agotando el pequeño stock que Mike había entregado como ‘prueba de ventas’. Sin embargo, el éxito nacional llegó cuando la empresa adquirió la licencia de Austin Powers, una película estrenada en 1997. La producción de este ‘Funko’ de estilo ‘bobblehead’ fue la primera en sobrepasar las 100.000 unidades, y lo que vino después fueron éxitos tras éxitos.
La compañía decidió expandir su colección de ‘bobbleheads’ nombrada ‘Wacky Wobblers’, y es aquí donde se incluyeron los personajes de comerciales de televisión o series animadas de antaño, como las de Hanna-Barbera. Funko rápidamente escaló en fama, y ya era conocida como la compañía de lo retro, ideal para los adultos que jamás olvidaron a los ídolos de su niñez. Desde Betty Boop, Captain Crunch, Los Supersónicos o Los Picapiedra, Mike Becker hizo de Funko aquella compañía de los ‘niños grandes’.
Pero en 2005, después de 7 años de trabajo interminable, Mike decidió dar un paso al costado en la presidencia de la compañía, y su amigo y coleccionista Brian Mariotti fue elegido como comprador del imperio que había formado. Eso sí, como en cada renovación de directivos, la empresa pasó por una etapa de estancamiento que duró cinco largos años.
Sin embargo, Mariotti siempre tuvo en mente conseguir licencias de marcas aún más grandes, y DC Comics tocó su puerta para crear una nueva colección, algo que fuese diferente a lo que habían hecho pero que conserve el toque ‘Funko’. Es así como nació la colección ‘Pop’ con personajes mundialmente conocidos como Batman y el Joker. Poco después, Marvel y Star Wars se unieron a esta colección y para 2012, Funko ya generaba más de 20 millones de dólares al año.
En la actualidad, los ‘Pop’ se distribuyen en todo el globo, y lo interesante es que no solo existen personajes de series o películas, sino también de celebridades de la industria de la música y los videojuegos. Es más, ya se planea una película hollywoodense protagonizada por un Funko Pop, y no es para menos, pues gracias a esta colección, las ventas totales de la empresa aumentaron considerablemente, generando un total de 686 millones de dólares en el 2018.