El FBI rompe la seguridad del iPhone de un terrorista sin la ayuda de Apple  

El 6 de diciembre de 2019, Mohamed Saeed Alshamrani, asesino presuntamente a tres militares en la base aérea naval de Pensacola. Durante la investigación se le encontraron dos teléfonos de Apple, un iPhone 5 y un iPhone 7, los cuales se encontraban protegidos mediante un código de bloqueo. Desde entonces la organización federal ha tratado de desbloquear estos equipos solicitando la ayuda de la misma Apple para tal fin. Han pasado varios meses desde entonces y el FBI informa que han logrado acceder a la información de los teléfonos, sin embargo, se encuentran decepcionados porque la compañía de Cupertino no colaboró para lograrlo.  

Los datos obtenidos en la irrupción de estos iPhone revelan una asociación de Mohamed con el grupo terrorista de Al Qaeda, anunciando su ataque un día antes. El fiscal general de Estados Unidos, William Barr, declaró que se encontraba decepcionado que Apple se haya negado a colaborar con ellos. Según sus palabras:  

«Apple ha tomado una decisión de negocio y de marketing al diseñar sus teléfonos de una forma en que solo el usuario puede desbloquear el contenido sin importar las circunstancias.En casos como este, cuando el usuario es un terrorista, o en casos en que el usuario es un criminal violento, un traficante de personas, un pederasta, la decisión de Apple tiene consecuencias peligrosas para la seguridad del público y la seguridad nacional y, a mi juicio, esto es inaceptable.»

Por su parte, Apple ha negado estas declaraciones revelando que el FBI pedía una “puerta trasera” para solucionar este problema. Este término significa la creación de una especie de “llave maestra” la cual podría acceder a cualquier dispositivo Apple, yendo en contra de la tan afamada seguridad promocionada por la compañía. La compañía de Cupertino teme que, de fabricarse este software, pueda terminar acabando en manos maliciosas de terceros comprometiendo todo el sistema de seguridad sus productos.  

Fuente: Applesfera