Stephen Hawking ha fallecido a los 76 años, y los científicos alrededor del mundo están homenajeando a su legado. No sólo como matemático y astrofísico, sino también como educador público, inspiración para millones, y un ser humano con un agudo sentido del humor.
«Que triunfo ha sido su vida,» Dijo Martin Rees, cosmólogo de la Universidad de Cambridge y colega de Hawing al New York Times.
«Su nombre vivirá en los anales de la ciencia. Millones han tenido sus horizontes cósmicos ampliados por sus libros. Y mas aún, a lo largo del mundo, aquellos que han sido inspirados por un ejemplo único de un logro contra todo pronóstico, una manifestación de una increíble fuerza de voluntad y determinación.»
El astronauta Británico Tim Peak dice que Hawking ha «inspirado a las generaciones a ver más allá de nuestro propio planeta azul y expandir nuestro conocimiento del universo.»
Por su parte, Neil deGrasse Tyson ha dicho que el fallecimiento de Hawking ha «dejado un vacío intelectual«.
El profesor James Hartle, quien trabajó con Hawking en las descripciones teóricas de las condiciones al inicio del universo, elogió al físico por su habilidad de «ver a través del desorden» de la ciencia.
Hawking comenzó su carrera estudiando matemáticas en la Universidad de Oxford. Más adelante, se movió a la Universidad de Cambridge para dedicarse a la cosmología.
En 1963, cuando Hawking tenía 21 años, fue diagnosticado con Esclerosis Lateral Amiotrófica. En un inicio, los doctores le pronosticaron dos años de vida. Al fallecer esta semana, superó su prognosis inicial por más de medio siglo.
«Aunque había una nube sobre mi futuro, encontré, para mi sorpresa, que estaba disfrutando vivir en el presente más que antes,» dijo Hawking sobre su diagnóstico.
A partir de los 1960s, dijo que su meta en la vida académica era simple: «Un completo entendimiento del universo, por qué es así, y por qué existe en primer lugar.»
Aunque la imagen pública de Hawking, sentado en una silla de ruedas motorizada y comunicándose a través de una voz computarizada mientras su mente viajaba por el Universo, fue la que atrapó a al imaginación de muchos, sus amigos más cercanos recuerdan un lado más humano.
«Aquellos que conocieron a Hawking apreciarían claramente la presencia dominante de un ser humano real, con un enorme entusiasmo por la vida, gran humor, y tremenda determinación, pero con debilidades humanas normales, además de sus fortalezas más obvias,» escribe Roger Penrose, quien trabajó con Hawking en su primer gran descubrimiento: teoremas que explican cómo el Universo puede haber comenzado con una singularidad.
Penrose dijo que mientras su enfermedad progresaba, «él casi siempre se mantenía positivo sobre la vida.»
«Disfrutaba su trabajo, la compañía de otros científicos, las artes, los frutos de su fama, sus viajes […] El podía ser generoso, y era muchas veces ocurrente. En algunas ocasiones mostraba un poco de esa arrogancia que no es rara en los físicos trabajando en las innovaciones, y tenía una veta autocrática. Pero también podía mostrar una verdadera humildad que es la marca de la grandeza.»
A pesar de la pérdida de su propia voz, Hawking nunca se separó de su ideal:
«Por millones de años, la humanidad ha vivido como los animales. Entonces algo pasó que desencadenó el poder de nuestra imaginación. Aprendimos a hablar, y aprendimos a escuchar. El habla ha permitido la comunicación de ideas, permitiendo a los seres humanos trabajar juntos para construir lo imposible. Los logros más grandes del ser humano han venido por hablar, y sus grandes fallas por no hablar. No tiene que ser así. Nuestras esperanzas más grandes pueden ser realidad en el futuro. Con la tecnología a nuestra disposición, las posibilidades son ilimitadas. Todo lo que tenemos que hacer es seguir hablando.«