En estos tiempos comprar una cámara digital compacta se podría considerar una locura. Con los avances en la tecnología de cámaras para smartphones, basta con usar la cámara de cualquier celular para lograr resultados más que aceptables; a veces incluso de calidad profesional. Pero la japonesa Casio parece haber encontrado un público nicho al cual venderle estas cámaras: A los fans de los selfies.
Hace casi cinco años, Casio lanzó la línea TR de cámaras compactas para seflies, enfocándose en atraer al público asiático aficionado a la moda. Sus más recientes modelos son la EXILIM TR-80 y la TR-11 «Mini».
La TR-80 salió a la venta en abril de este año y tiene una carcasa similar a la de un celular, viene con adornos de joyería, cuerpo angular y un parante incorporado. Trae además un flash dual y software especial para retoques digitales. Lo más sorprendente es que la TR-80 se vende por 900 dólares en en mercado asíatico y es conocida por sus fans como «el gadget para los selfies de Dios».
Por otro lado, la TR-Mini -que fue lanzada hace apenas una semana- es una cámara de forma circula con tapa (como la de maquillaje compacto) que incluye iluminación LED para mejores selfies, pantalla touch y un sensor de 12 megapíxeles. Su precio es de 500 dólares.
El éxito de Casio en este mercado se debe en gran parte a las diferencias culturales en varios países de Asia. Según sus estudios, en Japón los selfies no son tan populares como en China o Singapur, países donde la serie TR tiene un tremendo éxito. A esto se le suma la creencia popular -muy latente en territorios asiáticos- de que ninguna cámara de celular supera a una cámara especializada.
El éxito de la línea TR parece dejar en claro que siempre habrá demanda para este tipo de productos.
Vía The Verge