Joven de 21 años vende su alma como un NFT
¿Cómo funciona eso?
No cabe duda de que el mundo de los NFTs está lleno de sorpresas y transacciones difíciles de creer. A menudo, nos enteramos de grandes compras a cambio de objetos digitales que muchos no terminan de comprender. Sea como sea, probablemente ni el más experto en este sector pueda entender lo que hizo un joven de 21 años, el cual vendió su alma como un Token no Fungible.
Tal y como te lo contamos. Stijn Van Schaik, un estudiante neerlandés de la academia de arte de La Haya, puso su alma en el mercado de NFT como una obra de arte digital. A través de OpenSea, el joven explicó lo siguiente a los usuarios: «Hola persona, actualmente estás mirando un alma. Por ahora es mía. Una vez que esté completamente cargada en la cadena de bloques, quién sabe qué pasará. ¿Qué significa que un alma esté descentralizada? Averigüémoslo».
Teniendo en cuenta que los NFTs son objetos digitales que una persona compra para ser el «único» propietario, es normal que nazca la siguiente duda: ¿Cómo funciona con un alma?
Pues resulta que Van Shaik ha establecido ciertas reglas en lo que denominó un «Acuerdo de venta de almas» sobre a quién se puede vender la suya. En esta, incluso detalla el uso justo con respecto a los sacrificios: «Ejemplos de usos del Alma que estarían permitidos bajo estos términos incluyen (pero no se limitan a): … Sacrificar u ofrecer dicha Alma, en su totalidad o en parte, a cualquier deidad o entidad espiritual».
Sorprendentemente, el joven estudiante ya ha recibido una oferta por este «NFT». Se trata de 0.1 Ethereum; es decir, unos $378 dólares.
¿’Los Simpson’ lo predijo?
No cabe duda de que resulta gracioso recordar el capítulo de ‘Los Simpson’ donde Bart vende su alma a Milhouse por 5 dólares. Evidentemente, cuando salió este episodio, no había algo como los NFTs; por lo que la compra se concretó luego de que el hijo Simpson le diese a su mejor amigo una hoja de papel que llevaba escrito «BART SIMPSON’S SOUL»; por su traducción, «El alma de Bart Simpson».
Fuente: Gizmodo